Los TCA más conocidos son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón y la obesidad.

Sin embargo, lo que se observa en la clínica es que cada vez hay menos cuadros puros, y se producen migraciones de un trastorno a otro: es común ver como una persona con una anorexia nerviosa restrictiva pura acaba desarrollando otros síntomas como los atracones y el vómito autoinducido.

En mi opinión, lo importante más que buscar una etiqueta que ponga nombre a la enfermedad que padece la persona, es estudiar cada caso de manera individualizada, para así poder darle un tratamiento personalizado y a su medida.

Aunque la parte más visible de la enfermedad se da en una mala relación de la persona con su alimentación, peso, figura y ejercicio físico; esto es solo la punta del iceberg. Todas las áreas de la vida de la persona se ven afectadas.

Por lo que, en la consulta, además de trabajar en la implementación de unos hábitos de vida saludables y mejorar la relación con el cuerpo. Será fundamental tratar otros temas como por ejemplo: las relaciones sociales y familiares, la gestión de emociones, o la baja autoestima.  El tratamiento en estos casos, a veces puede ser complejo y largo en el tiempo, pero son patologías que pueden curarse.

No es necesario que se dé una sintomatología grave para acudir a consulta, y en ocasiones simplemente hay una intención de mejorar, y sentirse bien. Una manera de cuidarnos y valorar nuestra salud.

Durante el último año las consultas online se han convertido en una herramienta que se ha instaurado para  quedarse.

Algunos de mis pacientes encuentran las siguientes ventajas:

• Comodidad al realizarlas desde su propia casa o desde un lugar en el que se sienten seguros y confiados.
• Ahorro de tiempo y dinero en desplazamientos a la consulta.
• Flexibilidad de horarios.
• Privacidad y confidencialidad.

Para mí, la principal ventaja es poder realizar la consulta sin mascarilla. Por lo que podremos ver toda nuestra expresión facial al completo.